La reciente decisión de la Corte Constitucional de Ecuador de despenalizar la eutanasia ha suscitado un profundo debate en el ámbito religioso, donde diferentes líderes y figuras eclesiásticas han expresado sus opiniones sobre esta práctica desde la perspectiva de la fe y la moral religiosa.
El caso de Paola Roldán, una quiteña de 42 años que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ha sido un punto de inflexión en este debate. Con síntomas que la han dejado postrada en una cama y dependiente de un respirador, Paola busca acceder a la eutanasia como una forma de poner fin a su intenso sufrimiento.
El Padre Julio Agila, representante de la Iglesia Católica, sostiene que la eutanasia va en contra de la voluntad de Dios, argumentando que como seres humanos no deberíamos tener el derecho de poner fin a la vida. Para él, la vida es un regalo divino que debe ser aceptado y vivido de acuerdo con la voluntad de Dios.
Por su parte, la Hermana Grimaneza Guaya Caraguay defiende el derecho a la vida desde la concepción hasta el último momento de forma natural, siguiendo los principios de la fe católica. Destaca que la iglesia busca proteger a los más vulnerables y subraya que la vida humana tiene un valor trascendental que debe ser respetado y amado.
El Padre José Manuel Chamba, también se opone a la eutanasia, argumentando que esta va en contra de la voluntad de Dios y que solo Él tiene el poder de poner fin a nuestra vida terrenal. Desde su perspectiva religiosa, la eutanasia es un acto que atenta contra la sacralidad de la vida.
en representación de la Iglesia
Católica, ha calificado el fallo de la Corte Constitucional como "diabólico" y ha expresado una firme oposición a la legalización de la eutanasia en el país. La Iglesia Católica defiende la sacralidad e inviolabilidad de la vida humana y critica la legalización de un acto que consideran como homicidio.
Dayana Torres, menciona que es consciente de que su postura encuentra resistencia dentro del marco religioso. Para muchos, la eutanasia va en contra de los principios fundamentales de la fe, que exaltan el valor sagrado de la vida y la confianza en la voluntad divina. A pesar de esto, ella se esfuerza por reconciliar su fe con su comprensión de la compasión y la dignidad humana, encontrando en la eutanasia un dilema moral que desafía incluso las creencias más arraigadas.
Desde su fe arraigada, Yuli Granda nos recuerda que cada ser humano es una expresión sagrada de la divinidad y merece ser tratado con compasión y respeto hasta el final de sus días terrenales. Al enfrentar el dolor y la agonía de enfermedades terminales, como en el caso de Paola Roldan, Yuli nos desafía a encontrar formas compasivas de aliviar el sufrimiento sin comprometer la dignidad humana.
La eutanasia es considerada moralmente inaceptable y contraria a los principios de la fe católica. Se enfatiza en la sacralidad de la vida y en la importancia de respetar y proteger la dignidad humana en todas las circunstancias, sin excepción.
Las posturas religiosas ante la eutanasia reflejan los principios fundamentales
de la ética y la moral religiosa, que buscan preservar la vida y promover el respeto por la dignidad humana. En un contexto donde se debaten cuestiones éticas y legales, la voz de la fe sigue siendo un factor crucial en la reflexión sobre la vida, la muerte y el sufrimiento humano.
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